Antoine Taillefer, como buen apasionado del ciclismo y del parapente, comenzó a mediados de noviembre un proyecto que llevaba varios meses preparando: «volar en bici» desde la ruta Col des Frêtes, concretamente desde el lago de Annecy (Francia), situado a 1645 metros de altitud, uno de los lugares de despegue más bellos.
Pero no es cualquier vuelo en parapente. Ese día, Antoine irá acompañado de una T Line, la bicicleta plegable de Brompton hecha totalmente de titanio. ¿Cuál es el plan? Completar el viaje entero volando con una Brompton T Line, la bici que ha despertado su curiosidad por su gran ligereza y diseño compacto.
«Salida a las 5:15 h desde Versalles, en las afueras de París. Tras un primer viaje en tren hasta la estación de Montparnasse, me subí a la línea T para llegar a la Gare de Lyon y embarcar en un tren con destino a Lyon. Me sorprendió lo fácil que se pliega la T Line y cabe en los compartimentos de equipaje del tren.
Al llegar a Lyon, corrí para coger el tren de enlace a Annecy. Por el camino, me encuentro con otro propietario de una Brompton, con el que enseguida entablamos una breve conversación. Y es que Brompton es también eso, es más que una bicicleta; es una herramienta para crear vínculos y reunir a una comunidad.
Nada más llegar a Annecy, me pongo en marcha por el carril bici que me llevará al inicio de la excursión. A lo largo de esta ruta por el lago, me sorprende la capacidad de esta pequeña bici para ir tan rápido, con picos de entre 35 y 40 km/h.
Luego viene la primera parte del ascenso hasta el punto de partida del vuelo. También en esta ocasión quedé gratamente sorprendido; incluso en las subidas, la bici es rápida gracias a su peso ultraligero. El resto del trayecto lo hago a pie, con la bicicleta plegada y sujeta a la mochila. Una mochila que solo pesa 10 kilos, ¡bicicleta y parapente incluidos!
Llego a Col des Frêtes solo una hora después del inicio de la excursión. Tras preparar minuciosamente el equipo, es hora de empezar. Ato la T Line a mi mochila, esta vez en la parte delantera. Doy un paso adelante para inflar el parapente y unos instantes después estoy en el aire. Las condiciones son perfectas y los colores otoñales increíbles, y consigo maniobrar con facilidad a pesar de la carga.
Ahora es el momento de aterrizar. Este es el momento que más temía, pero el aterrizaje terminó siendo muy suave».
Dicho y hecho: Antoine ha realizado un vuelo en parapente con la bicicleta plegable más ligera del mundo, la Brompton T Line.